Si es cierto que no me propongo muchos objetivos y si lo hago, cada nuevo año acaba dándome una oportunidad para mejorar porque nunca consigo cumplirlos. Hoy mismo, a cuatro meses de haber comenzado el nuevo año, cumplo mi propósito: abrir un blog. Nunca es tarde si la dicha es buena. ¿No?
Se que antes de dar los primeros pasos en la red ya tengo seguidores esperándome (gracias a mi primo Rubén por insistir y esperarme). Solo espero que en el futuro, haya al menos una sola persona que se sienta identificada conmigo y que no forme parte de mi lista de contactos de facebook o twitter, porque eso significará que he conseguido llegar un poquito más lejos de lo que esperaba.
Hace unos días que fue mi cumpleaños y he creído que ésta sería una buena fecha para comenzar. Cumplir años es un buen momento para reflexionar. Marcar la diferencia entre tu yo de ayer y tu yo de mañana.
“En el mismo momento en que naces, empiezas a morir”
Hace más de un año que terminé la universidad. Amigos, no dejéis nunca de estudiar. Todavía recuerdo cuando comencé el colegio. Posteriormente el instituto (del que piensas que nunca vas a salir), odias madrugar, creías que te mataban a trabajos y los exámenes eran los más difíciles del mundo. Y tras un duro y último curso te presentas en la universidad, no sin antes haber tomado una de las decisiones más importantes y complicadas de tu vida: elegir lo que en un futuro será el trabajo (¿trabajo, qué trabajo?) que te dará de comer.
Acabé la carrera con 22 años y ahí fue cuando la responsabilidad (y la edad) empezó a pesar un poquito más en mi. Tienes que elegir entre seguir estudiando (opción relativamente buena) o conseguir un trabajo (opción buena o mala, según como lo mires). En ese momento, tal y como están las cosas (y no voy a ponerme a hablar de crisis) te conviertes en una Ni-Ni. Y no solo crece la responsabilidad. Crecer es sinónimo de mayores problemas, toma de decisiones y mayor independencia, en todos los sentidos.
En ese mismo momento es cuando decides comprar una máquina del tiempo y volver a quejarte de que tienes que estudiar 6 temas de geografía para el martes y que justo coincide con el examen de matemáticas.
Solo hay que disfrutar la vida y sus etapas y no adelantarnos a querer ser lo que un día seremos. El tiempo es nuestro mayor enemigo y nuestro mejor aliado.
Confío en la adicción de este mundo donde espero descubrir pequeños rincones y personas y, por supuesto, me ayude a crecer como persona y como periodista que soy.
Juntos juntaremos letras.