Bienvenidos a la vida universitaria. Ya estás en la última etapa de tu vida como estudiante. Pensabas que no acabaría nunca, ¿Verdad?.
Hace cinco años que me examiné de la Prueba de Selectividad y todavía la recuerdo como si fuera ayer. Eso si, con menos nervios. Para preparar este examen creo que pasé más horas en la biblioteca que todos los años como estudiante. Durante dos semanas y desde bien temprano cogía mis libros, mis tapones para los oídos y tomaba rumbo hacia la biblioteca. Estaba realmente mentalizada de todo lo que tenía que repasar. Y digo repasar porque preparar esta prueba no es más que volver a estudiar algo que ya habías estudiado durante el curso por lo tanto la dificultad no era elevada.
Recuerdo muy bien esta época porque fue una gran experiencia. Si tuviera que dar un consejo a todas aquellas personas que se van a examinar en próximos años (puesto que al menos en Madrid y Guadalajara ya han terminado) tengo muy claro que la organización del tiempo sería lo primero que destacaría. Para prepararlo tenemos apenas dos semanas así que organiza tus apuntes y distribuye las horas del día según el número de materias. A parte de la organización es muy importante que se aproveche el tiempo, no importa si no ves a tus amigos, no ves a tu novio o no puedes salir. Si lo haces bien siempre podrás sacar tiempo pero jamás digas: mañana me pongo. En ese error hemos caído todos durante nuestra larga trayectoria como estudiantes pero esta vez no estamos para perderlo. Por último, no pienses a lo que te estas enfrentando, no te sientas presionado por la nota que tienes que sacar para poder hacer lo que te gusta, está claro que es un dato importante pero creo que quizás así la presión pueda contigo. Tan solo piensa que es un examen más que el resto que has hecho a lo largo del curso, un examen importante pero “de repaso”, e intenta no ponerte nervioso. (Si, te lo digo yo que tuve que tomar valerianas y acabé con fiebre y fui directa a la cama el primer día de exámenes).
Los resultados en selectividad son un mundo aparte y creo que no solo depende de lo mucho o poco que hayas estudiado sino del tiempo que el profesor haya invertido durante el curso a enseñarte lo verdaderamente importante para ese día. Intenta absorber lo mejor de cada profesor y si ves que no te da lo suficiente, búscalo. Completa tus apuntes, compara con otros compañeros pero jamás te fíes de las buenas notas que sacabas en “X” asignatura con “X” profesor porque esta vez él no corregirá tu examen.
La verdad que si tuviera que contar todo lo que me pasó durante esos días no terminaría. Tengo demasiadas anécdotas, recuerdos, risas y muchas lágrimas. Si me estás leyendo y vas a prepararte para este examen seguro que estas pensando: “¡que bien se ve el toro desde la barrera!”. Si, yo ahora lo veo mejor que tú, pero en su día tuve que torearlo y como he sobrevivido aquí estoy para contarlo.
Fíjate lo mal que pensaba que me había salido el examen que puesta frente a la pantalla introduje mis datos en el ordenador y mi obsesión era encontrar un suspenso. Pero ahí estaba: APTO. Cuatro letras que me hicieron llorar de alegría por primera vez en diecinueve años de vida. Las mismas cuatro letras que me hicieron plantearme de verdad lo que quería estudiar. Elegí periodismo. Me empeñé en estudiar una carrera de letras y con la poca información que tenía me atreví con ella.
Hace un tiempo leí un artículo titulado “¿Por qué su hijo no debería estudiar periodismo?”. También es cierto que no es el único que he leído y me ha hecho dudar sobre la elección. Pero si lo pienso bien y detenidamente, todas, absolutamente todas las carreras tienen el mismo final, que es el empleo. Todos los sectores están sufriendo una crisis y desgraciadamente se prescinde de médicos, profesores, periodistas o ingenieros. Pero todos, tarde o temprano, harán falta y confío que al igual todo estaba bien hace cinco años y yo estudié periodismo sin saber lo que se venía encima, tú también puedes estudiarlo sabiendo que “no hay mal que cien años dure”.
Hace cinco años que me examiné de la Prueba de Selectividad y todavía la recuerdo como si fuera ayer. Eso si, con menos nervios. Para preparar este examen creo que pasé más horas en la biblioteca que todos los años como estudiante. Durante dos semanas y desde bien temprano cogía mis libros, mis tapones para los oídos y tomaba rumbo hacia la biblioteca. Estaba realmente mentalizada de todo lo que tenía que repasar. Y digo repasar porque preparar esta prueba no es más que volver a estudiar algo que ya habías estudiado durante el curso por lo tanto la dificultad no era elevada.
Recuerdo muy bien esta época porque fue una gran experiencia. Si tuviera que dar un consejo a todas aquellas personas que se van a examinar en próximos años (puesto que al menos en Madrid y Guadalajara ya han terminado) tengo muy claro que la organización del tiempo sería lo primero que destacaría. Para prepararlo tenemos apenas dos semanas así que organiza tus apuntes y distribuye las horas del día según el número de materias. A parte de la organización es muy importante que se aproveche el tiempo, no importa si no ves a tus amigos, no ves a tu novio o no puedes salir. Si lo haces bien siempre podrás sacar tiempo pero jamás digas: mañana me pongo. En ese error hemos caído todos durante nuestra larga trayectoria como estudiantes pero esta vez no estamos para perderlo. Por último, no pienses a lo que te estas enfrentando, no te sientas presionado por la nota que tienes que sacar para poder hacer lo que te gusta, está claro que es un dato importante pero creo que quizás así la presión pueda contigo. Tan solo piensa que es un examen más que el resto que has hecho a lo largo del curso, un examen importante pero “de repaso”, e intenta no ponerte nervioso. (Si, te lo digo yo que tuve que tomar valerianas y acabé con fiebre y fui directa a la cama el primer día de exámenes).
Los resultados en selectividad son un mundo aparte y creo que no solo depende de lo mucho o poco que hayas estudiado sino del tiempo que el profesor haya invertido durante el curso a enseñarte lo verdaderamente importante para ese día. Intenta absorber lo mejor de cada profesor y si ves que no te da lo suficiente, búscalo. Completa tus apuntes, compara con otros compañeros pero jamás te fíes de las buenas notas que sacabas en “X” asignatura con “X” profesor porque esta vez él no corregirá tu examen.
La verdad que si tuviera que contar todo lo que me pasó durante esos días no terminaría. Tengo demasiadas anécdotas, recuerdos, risas y muchas lágrimas. Si me estás leyendo y vas a prepararte para este examen seguro que estas pensando: “¡que bien se ve el toro desde la barrera!”. Si, yo ahora lo veo mejor que tú, pero en su día tuve que torearlo y como he sobrevivido aquí estoy para contarlo.
Fíjate lo mal que pensaba que me había salido el examen que puesta frente a la pantalla introduje mis datos en el ordenador y mi obsesión era encontrar un suspenso. Pero ahí estaba: APTO. Cuatro letras que me hicieron llorar de alegría por primera vez en diecinueve años de vida. Las mismas cuatro letras que me hicieron plantearme de verdad lo que quería estudiar. Elegí periodismo. Me empeñé en estudiar una carrera de letras y con la poca información que tenía me atreví con ella.
Hace un tiempo leí un artículo titulado “¿Por qué su hijo no debería estudiar periodismo?”. También es cierto que no es el único que he leído y me ha hecho dudar sobre la elección. Pero si lo pienso bien y detenidamente, todas, absolutamente todas las carreras tienen el mismo final, que es el empleo. Todos los sectores están sufriendo una crisis y desgraciadamente se prescinde de médicos, profesores, periodistas o ingenieros. Pero todos, tarde o temprano, harán falta y confío que al igual todo estaba bien hace cinco años y yo estudié periodismo sin saber lo que se venía encima, tú también puedes estudiarlo sabiendo que “no hay mal que cien años dure”.