“... Una entrevista es una forma de diálogo que tiene sus propias reglas, la más importante de las cuales es: yo pregunto, tú respondes y el silencio también es una respuesta. Una entrevista es un juego muy serio si se hace ante una cámara que la registra. Una entrevista es una navaja...”.
En ocasiones, para aprender teoría no es necesario leer manuales sobre un tema concreto, quizás puedan resultar pesados ya que en la mayoría de los casos nos obligan a ello y es posible (muy posible) que te cueste más de tres días acabar o incluso ni llegues a hacerlo. Esta es la diferencia entre leer por placer y leer por obligación.
“El arte de la entrevista” es uno de los mayores ejemplos que he tenido en mis manos de como con 100 páginas, alguien es capaz de leer por placer, aprender, reflexionar, entretener e invitar a la lectura. Es una de las maneras más originales de conocer dicho género periodístico y lo hace a través del teatro.
En ocasiones, para aprender teoría no es necesario leer manuales sobre un tema concreto, quizás puedan resultar pesados ya que en la mayoría de los casos nos obligan a ello y es posible (muy posible) que te cueste más de tres días acabar o incluso ni llegues a hacerlo. Esta es la diferencia entre leer por placer y leer por obligación.
“El arte de la entrevista” es uno de los mayores ejemplos que he tenido en mis manos de como con 100 páginas, alguien es capaz de leer por placer, aprender, reflexionar, entretener e invitar a la lectura. Es una de las maneras más originales de conocer dicho género periodístico y lo hace a través del teatro.
Esta obra transcurre en poca horas, cuatro personajes juegan con una cámara, mantienen conversaciones y juegan a hacerse preguntas sin saber lo que pueden llegar a descubrir. La escena se desarrolla en el patio de la casa donde conviven, una anciana, su hija y su nieta. La joven, con la intención de hacer un trabajo escolar, decide entrevistar a su abuela y lo que a simple vista puede parecer una conversación, se convierte en el recuerdo de historias pasadas donde todos van a descubrir algo, tal y como dice el autor, Juan Mayorga: una entrevista es una navaja.
De algún modo nos hace entender como la tecnología se ha introducido en nuestras vidas para hacer pública nuestra historia. Mantener una conversación íntima con un familiar puede ser igual de interesante que el diálogo con cualquier otro personaje público, la importancia radica en lo lejos que pueda llegar, en su difusión. Siempre existen personas importantes, con historias importantes que contar, solo hay que saber exprimir el encuentro.
Quizás esto nos lleve a pensar que nuestro pasado no es algo que podamos mantener en secreto toda nuestra vida ya que siempre habrá alguien que nos fuerce, e incluso, ayude a recordar lo que en un momento fuimos para que quede constancia de nosotros en el futuro.
¿Acaso no nos gustaría saber como fue la vida de nuestros antepasados? Nuestros abuelos tienen mucho que contar. Ellos han vivido experiencias que por suerte o por desgracia no volverán a repetirse. Sin ir más lejos, se han enfrentado a una Guerra Civil en su niñez, han perdido a seres queridos a muy temprana edad, sus ojos han visto más de lo que deberían y sin embargo aquí siguen. Por circunstancias de la vida algunos ya no pueden recordar, otros ni tan siquiera quieren hacerlo, otros quizás no puedan preguntar porque ya se marcharon, pero ¿y los que aún permanecen?. Debería ser obligación dejar escritas nuestras memorias para que nuestros hijos, nietos, biznietos, sepan como fue nuestra vida, o mejor, quizás nosotros deberíamos ser lo suficientemente curiosos como para querer conocer como la vivieron.
Ya tengo a mi abuela esperándome. Algún día mi grabadora y yo os lo contaremos.
Este libro llegó para quedarse en mi estantería hace un par de semanas. Quien me lo regaló sabe más que nadie que yo tenía que leer un libro así, al igual que yo conozco el motivo por el que lo hizo.
“Sirva este libro como idea a realizar”. Gracias tía.
“Sirva este libro como idea a realizar”. Gracias tía.